Ángeles y demonios

Entre medias de los Relevos de Liga Norte y el Trofeo Rector, que bien nos han contado Laura y Alberto, disfrutamos de la 2ª Liga Norte, el día después de los relevos, organizada también por el COV. La organización del fin de semana entero me gustó mucho, ya que tener aparcamiento, salida y meta en apenas 200 metros siempre es de agradecer.

El mapa en el que nos tocaba correr era parcialmente conocido por nosotros, ya que la Liga Norte del 2004 también se hizo en ese plano, además de algún entrenamiento pero hace ya mucho tiempo. Al comparar el mapa antiguo con el actual había infinidad de diferencias, desde la vegetación hasta la forma de interpretar el desnivel. En mi caso suelo tener la “ventaja” de que se me da bien recordar los mapas en los que he corrido, pero en este caso no me sirvió absolutamente de nada. (A la izquierda el mapa viejo)

Para el resumen de la carrera vamos a aprovechar para hacer una interesante comparación. Se trata de la diferencia entre un orientador bueno y un “paquetón del montón”. Dos orientadores con físicos muy parejos, pero la cabeza funcionando a frecuencias distintas. La ruta del GPS es la del orientador bueno, mientras que la pintada en rojo es la del paquetón.

Ya en la primera baliza podemos ver un ejemplo de lo que será el resto de la carrera. Puede que sea la baliza más fácil del recorrido, pero el paquetón se confía demasiado, enciende la moto y se cruza el verde rallado a ver qué hay detrás, pero no, así no se hacen las cosas. La siguiente liada viene en la 3. ¿Pero no ves que la baliza está en la parte alta y no en el verde de abajo? El paquetón quiere llegar cuanto antes y se precipita. Afortunadamente se da cuenta y el error no se convierte en tragedia.

En la 4 hay error de los dos, pero los buenos rápidamente se dan cuenta de que están fallando y consiguen corregir la trayectoria a tiempo. El orientador paquetón se deja llevar al huerto por nuestro amigo “el error de paralelismo”. La magenta cruza dos cortafuegos, él también, pero no son los buenos. Él se da cuenta de que la está liando porque las cosas no cuadran, pero como va sobrado de físico prefiere correr como un loco hasta encontrar alguna referencia fácil, en vez de pararse a pensar o volver al punto anterior. Detrás de los parciales del orientador bueno hay un camino al que agradecer que el paquetón no acabara en Fuente Minguez y pudiera volver a la baliza.

Esos son sólo algunos ejemplos, pero si veis el recorrido observaréis muchas más diferencias entre uno y otro. Después de la carrera el orientador bueno consideraba su peor error el de la baliza 18, ya que tras pasar el avituallamiento ve otra baliza y se va a por ella aunque no sea la suya. El paquetón no comete ese error: la lía antes. Había un paso bien majo que indicaba cómo atravesar el río con verde. Pero es mucho más divertido buscar otro paso por el que comerse unas cuantas zarzas. Al final los dos tardan el mismo tiempo en encontrar esa baliza. El orientador bueno completa el recorrido en 6 minutos menos que el paquetón.

Como veis, en nuestro deporte hay de todo. Pero si alguna vez estáis físicamente mejor que nunca en vuestra vida, recordad que lo primero es pensar, no fallar y luego ya tendréis tiempo de correr como gamos. De ese modo os pareceréis más al orientador bueno y menos a mí.