miércoles, 20 de octubre de 2010

Una resaca de muerte.

Hace tres semanas el CDP-O decidió mandar una expedición a tierras lusitanas, a probar suerte en el Campeonato Ibérico. Este año se celebraba en Leiria, más concretamente en Pedrogâo. Así que para allá partieron el afable Charro y cinco de los andand-os: los hermanos Conejo, el pequeño Kristian, nuestro sufridor en 20 Saúl y el andand-o más conductor, Jorge.
La expedición partió en dos grupos, dispuestos a pasar un buen fin de semana y a reunir unos cuantos de esos puntos vitales que necesitamos para permanecer en primera división.
Además, Portugal nos ofrecía otro aliciente, la proximidad al mar, lo que auguraba un buen chapuzón el sábado por la tarde.
El viaje fue un pelín largo, la verdad es que una servidora solo ha estado en Portugal cuando ha ido a Miranda Do Douro, y no solo a comprar toallas, y he de decir que, acostumbra al paisaje de la meseta, me sorprendió el constante desnivel de Portugal. Hum, qué nos esperaría en Leiria...
Cual no seria nuestra sorpresa cuando al llegar a Pedrogâo nos encontramos con un pinar arenoso, similar a Valladolid pero con algo más de desnivel. Jajaja, ¡nos habíamos hecho 500 km para correr en casa!
Pero a pesar de esa impresión oficial, he de decir que la orientación en Portugal me gustó. Me gustaron los recorridos, sobre todo la larga, aunque en distancia fueran algo escasas. Últimamente me ha parecido, que en la Liga Nacional, la forma de endurecer las carreras es hacerlas más duras físicamente, por lo menos en D21, así que encontrarme en Leiria con carreras menos físicas pero con más nivel técnico me ha resultado bastante gratificante. Nada comparable con la Liga Norte, que cada vez se vuelve más bárbara, debe ser por eso que la Liga Nacional me sabe a poco.
Me gustó la organización; zona de descarga, bar (bastante completo), guardería, sillas y mesas, orilive...todo reunido en una explanada, y como el buen tiempo nos acompaño, el centro de competición fue un lugar la mar de agradable.
En cuanto al ocio, hubo dos momentos remarcables. Uno fue el momento playero. Después de la corta del sábado, y aunque corría un vientecillo que a la sombra le obligaba a uno a ponerse la chaqueta, nuestras ansias de mar nos obligaron a acercarnos a la playa. Pero el Atlántico se había levantado revuelto. Tras unos minutos de indecisión decidimos darnos un chapuzón, aunque casi tuvimos que encordarnos para que las olas no se nos tragaran. A pesar de lo fría que estaba el agua disfrutamos de un baño super divertido, y eso que casi volvemos sin Kristian, ya que una ola había decidido tragarselo.
El otro gran momento de ocio fue el descubrimiento de un parque infantil después de cenar el sábado. Entre las argollas, los pasos de cuerdas, el momento aspersor... ¡Hay que decir que fue una forma divertida de bajar la cena!
En fin, he de decir que el viaje a Portugal estuvo muy bien, nuestros vecinos prepararon una bonita prueba de orientación y nosotros disfrutamos del finde al más puro estilo andand-o.
Por cierto, mal pensados, la resaca de muerte es la que había en el mar, o ¿qué os creíais? ¿Qué nos habíamos pasado el finde tomando cañas?

sábado, 2 de octubre de 2010

Tarifa, con IVA (y vuelta)

Así es, hace 3 semanas (18 y 19 de septiembre) volvíamos a las andadas después de un verano muuuuuy largo y en el que los entrenamientos no han abundado mucho (por lo menos en mi caso). La cita era una Liga Nacional que se iba a llevar a cabo nada más y nada menos que en Tarifa, si si, hasta el punto mas al sur de la península, y hasta allí se desplazó una pequeña parte del club.

Jorge, Saúl, Julito y yo fuimos los 4 andand-os valientes que desafiamos las dunas de Tarifa. En un principio también iba a venir Laura, pero una llamada a última hora de la universidad de Valladolid truncó sus planes haciendo que se quedara para poder empezar su vocación como profesora.

La verdad que en este viaje hemos dado valor a nuestro lema 'A ver si te crees que hemos venido a correr', pues nos hemos chupao mas kilometros que la leche...
Todo empezó el viernes cuando Saúl, Jorge y yo emprendimos viaje rumbo a Tarifa (8 horas y pico de coche, casi ná) encima pa'volver el domingo, si es que ese finde hemos derrochado mas horas en viajar que en otra cosa. El sábado, a pesar de estar reventados después de la distancia larga, ni cortos ni perezosos, en vez de echar la siesta nos fuimos a la playa e inmediatamente después nos fuimos a Gibraltar, queríamos ver a los monos y había que hacer turismo, aunque al final no vimos monos y apenas hicimos turismo. Lo mas gordo es que nuestros planes pasaban por coger un ferry a Tanger, pisar África, volver y luego ir a Cádiz a buscar a Julito que llegaba ese dia en tren, pero al final ni ferry ni Cádiz ni ná, nos zampamos una hamburguesa en un McDonal que nos supo a gloria y vuelta a Zahara de los Atunes (donde estábamos alojados) a tomar una caña.
En cuanto a orientación se refiere, esta era la prueba para desoxidarse y tomar contacto con los planos de nuevo, y nuestro objetivo no dejaba de ser el de sacar puntos para quedarnos en primera.
El sábado fue una prueba en la que gran parte de ella se corría por terreno arenoso y dunas, que junto con el calor hicieron que los tiempos se alejaran bastante de los previstos, con un desgaste físico bastante elevado. Vaya dolor de piernas.
Los pobres de Mitch y Saúl (H35 y H20 respectivamente) no lograron acabar sus carreras ese dia, sus carreras parecían castigos, y la organización no estuvo acertada con los avituallamientos, pues en sus recorridos tenían 19 puntos sin ver una botella de agua.
A mi en particular no me estaba saliendo mal la carrera, incluso llegué a ir 4º hasta la baliza 11, pero dos errores garrafales (quizá víctima del cansancio) en la baliza 12 y 13 me hicieron perder buena minutada terminando la carrera con 1 hora y 3 cuartos.
El domingo la cosa cambió, ese dia conseguimos acabar todos la carrera (que nadie se ofenda jeje), encima el terreno era como Valladolid, pero con algo más de verde, asi que nos resultó un poco familiar. Fue una carrera rápida con muchos controles y bastante cerca unos de otros, en la que si no ibas concentrado 100% podias cometer error facilmente, los tiempos estuvieron bastante ajustados, en pocos minutos se metían varios corredores.

La verdad que ha sido un buen fin de semana, quitando la cantidad de horas que hemos pasado en el coche, de lo demás no nos podemos quejar: hemos visto Gibraltar, nos hemos bañado en la playa, y por supuesto hemos hecho orientación.
Al final conseguimos sacar unos puntos que saben a gloria, y es que nosotros sabíamos a lo que ibamos, a sufrir para conseguir la permanencia (y así fue).
A pesar de todo, como bien dijo Jorge, ha sido un viaje que tardaremos en olvidar.