Según la RAE, una banda sonora es la música de una obra cinematográfica. Y aunque aquí no hablamos de películas, mis carreras también tienen banda sonora, y me consta que no soy la única.
Desde que empecé con esto de la orientación, cada vez que salgo al
bosque en competición una cancioncilla se mete en mi cabeza y me acompaña toda
la carrera. Y depende de la atención que le prestes a dicha canción, haras una
mejor o peor carrera, pues la concentración en esta última es inversamente
proporcional a la atención que le prestas a la canción. Pero a pesar de este
curioso fenómeno que en mayor o menor medida le sucede a muchos orientadores,
el domingo 3 de junio el problema no fue la banda sonora de la carrera. Tocaba orientación en
Alar del Rey, Liga Norte organizada por nuestros amigos Orca, y que disputábamos en un
plano nuevo. Las descripciones de la web del Orca no auguraban nada bueno,
terreno roto, desnivel, vegetaciones…
Llevaba un mes sin hacer orientación, pero hacia más de un mes que
había vuelto a entrenar físico, algo, no mucho, y mi alergia ya había
desaparecido. Tenía las herramientas para hacer una carrerita decente. El
centro de competición estaba en una especie de camino ancho encementado, y
aunque más o menos sabíamos que empezábamos al otro lado de la autovía, nos
preguntabamos en qué momento la cruzaríamos para acabar en el pueblo, y por dónde. Nada más lejos de la realidad. ¡Estaba bien escondida la meta! La
ascensión a la salida ya supuso un buen calentamiento, ya que nos tocó subir
unos cuantos metros por una ladera bastante inclinada, y lo peor es que esos no
contaban en los 390 que aparecían en la descripción de controles D-21, H45,
H-AK. En cuanto al recorrido, hay que decir que desniveles nos comimos unos cuantos,
pero estaban tan distribuidos que no se me hizo tan dura como algunas de las
carreras que he corrido últimamente. El terreno difícil de correr, había que
cuidarse los pies, y el mapa, alternando zonas como Monte el Viejo con bosques
más despejados.
¿Mi carrera? Pues un poco lamentable. Los primeros cinco puntos
los hize de paseo, corria un poquito, pero sin cansarme, pensando en mis cosas,
poca concentración… De la tercera baliza salí desviada unos 20º, y cuando Santi
me resituó, salí corriendo pensando que estaba todo hecho, pero no. No sé qué
angel de la guarda estaría pendiente de mí, porque cuando decidí volver al punto anterior
porque estaba perdiendo el tiempo, en dos pasos me la encontré. Podía seguir allí buscando... Para hacernos
una idea, un límite de vegetación que tenía que haber encontrado perpendicular
a mi dirección, yo me lo encontré paralelo. Más de lo mismo en la cinco. A partir de ahí mejoramos un poquito, no
habíamos venido a pasear. Un cuarto puesto, que pudo peligrar, pero que
anlizando lo hecho, podía haberse convertido en un tercero como mucho, las dos
primeras posiciones se me quedaban un poco lejos todavía (algún día, espero).
Resumiendo:
se notan los entrenamietos físico, espero que mi compi de entrenos Salíl
también lo esté notando, la alergia también se notaba, pero está claro que
ahora que no tengo excusas, no puedo salir en una carrera a uvas. Por lo demás, buenos resultados de los portis, a destacar a las jovenes promesas, que cada día nos dan más alegrias.
Esperemos hacerlo mejor en los dos días de la Rioja, donde además de volver a suelodurear, el finde se junta con San Juan y quién sabe si con partido de España en la Eurocopa.
Por cierto,
la banda sonora de esta carrera fue The one that got away, de la Perry.