Una vez al año no hace daño

El subtítulo de nuestro blog le viene que ni pintado al resumen del CEU: A ver si te crees que hemos venido a correr. Y es que después de los tres días que hemos pasado en Teruel de lo que menos nos acordamos es de las competiciones.
Como comentó anteriormente Conejin, por allí anduvimos los cinco Andand-o junto con cuatro COVs de lujo: Quique, Esther, Cristina y Alberto. Hay que decir que no pasaba más de un minuto sin risas cachondeos y tonterías que darían para una entrada de blog cada una; ese es el espíritu de Andand-o, que en el CEU junto a otros orientadores de nuestra edad, se acentúa hasta límites insospechables.
Después de un largo viaje con escala en Madrid llegamos a la ciudad de los Amantes, y no me preguntéis como, pero acabamos durmiendo la siesta siete personas en tres camas. Aunque Quique parecía no querer salir del baño, más grande que la habitación, por lo que al final tuvimos que ir todos a hacerle compañía tras su momento All-Bran.

Las horas se pasaban volando al margen de las carreras. Con la degustación del jamón de Teruel, visita fugaz al Dinópolis y la pobre Esther que no encontraba las acelgas…

La primera noche prometía ser tranquila, pequeño paseo por la ciudad investigando pasadizos para el sprint y a las 0.30 a.m. en el hotel, ¿a dormir?, vaya, están echando Minority Report…al final a la cama después de las 2, y a las 7.30 arriba…¡cagon sos!.

Pero lo mejor estaba por llegar. Desde semanas antes del CEU no habíamos estado informando sobre si había algún karaoke en Teruel. Es que el año pasado en Vigo nos quedamos con las ganas. Según intelnés había uno, pero cuál es nuestra sorpresa que en realidad había ¡dos! Pues nada, el jueves por la noche, después del calentamiento, a darlo todo micrófono en mano. Al final la cosa se nos fue un poco de las manos, unos cachis por aquí, unas copas por allá, que si hay rebujito, que si nos invitan a un chupito…total que a las 5a.m. la UVa y la UPCT seguían por ahí sin sueño, y ya casi sin voz.

La llegada al hotel no pudo ser de otro modo que triunfal. Casi todos los equipos de fútbol sala ya no competían al día siguiente, y todos los orientadores estaban durmiendo…¿todos?, nosotros no. Finalmente pudimos dormir hora y media y con un par de narices a por la distancia Larga….y sextos por universidades!!

Quizás penséis que no debimos hacerlo, que a las carreras hay que ir descansados. Pero durante todo el año vamos bien fresquitos a las carreras en las que corremos por nuestro querido club, y lo hacemos lo mejor posible. Pero el CEU es una vez al año, y para ir en representación de una universidad que ni siquiera se preocupa de darnos equipación (ni chándal, ni traje de orientación), lo mejor es ir a pasarlo bien. Otro día os contaremos qué tal fueron las carreras, pero mientras tanto: ¡Que nos quiten lo bailao!.